2030: Medellín ciudad soñada
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El futuro ya no es lo que solía

“¡Yo no sé con qué armas se liberará la Tercera guerra Mundial, pero la cuarta será con piedras y palos!”  – Albert Einstein.

Los bienes naturales se agotan y las emisiones del petróleo asfixian el planeta. Así, la sociedad se ve enfrentada a la siguiente encrucijada: mantener el status quo, que conduce a una reacción en cadena de desastres ambientales, o avanzar a un cambio de paradigma que entraña complejos desafíos. En realidad, mantener el rumbo actual es impracticable. Las proyecciones de la demanda energética sin alteraciones, doblarían su nivel actual en algunas décadas.

Desconfiamos de la visión de un futuro que cree ciegamente en la tecnología. Pensamos que el futuro no es una reformulación de lo que hay sino la adaptación progresiva de lo existente.

El proyecto representa una reflexión general que reconoce la ciudad como una red de fenómenos interconectados y entiende que como individuos y sociedad estamos inmersos en los procesos cíclicos de la naturaleza. En el mismo sentido, asume que el hecho arquitectónico esta intermediado por diferentes ciclos (planetarios y locales) de orden ambiental, político, energético, económico, cultural, etc. Asumiendo esta postura, proponemos un urbanismo que traslade la idea de construcción (unidirecional) por la de producción (pactada) y la de espacio por la de atmósfera.

Encoger

Para hablar de nuestras futuras ciudades y en particular de Medellín, creemos necesario introducir en los parámetros de hacer ciudad el concepto de ENCOGER, que extraido del pensamiento de la filosofía y economía profunda (Serge Latouche), exige una reflexión compleja entorno a nuestra manera de crecer y consumir.

Durante el tiempo que llevamos en la tierra, nuestras necesidades han dado como resultado acciones expansivas, y en consecuencia hemos ocupado el territorio de forma extensa, como si nuestras necesidades fueran resueltas al entender la superficie a través de una noción métrica. Hemos comenzado a hablar de espacio desde la lógica de metros y kilómetros cuadrados, olvidando su dimensión atmosférica, y con esto su capacidad de entender las condiciones, situaciones y eventos que el territorio a través de su geografía nos puede entregar.

Encoger en ese sentido no es tan solo una postura de reducir, sino que propicia detenernos en una escala anterior, que tiene relación con la conciencia de nuestro espacio, con la dimensión atmosférica del territorio, con la necesidad de mantener un equilibrio entre sistemas y biosistemas y de no sobrepasar nuestras necesidades en pos de un modelo de desarrollo expansivo y mecanicista. Para lograr hacer de nuestras ciudades el escenario de la equidad social y el equilibro ambiental creemos necesario que se ecualice la relación entre lo que necesitamos y lo que deseamos.

Redensificar, Redistribuir, Redefinir

Para hablar de Medellín en el 2030 este proyecto plantea la construcción de escenarios posibles, que motivados por la acción humana arrojen como resultado el encogimiento, tanto del impacto sobre el medio como de la extensión que la ciudad tendrá sobre el territorio.

Planteamos el encogimiento como una idea que permite conocer y reconocer el territorio y que nos ayuda a reflexionar sobre la proxémica de los cuerpos, el límite de las interacciones, la densificación o el crecimiento poblacional. Encoger sugiere un clímax adecuado para que las relaciones urbanas encuentren su potencial, exploren sus alcances y posibilidades.

Asumimos que la redensificación, la redistribución y la redefinición serán estrategias continuamente aplicadas sobre las infraestructuras, las tecnologías, el conocimiento y el territorio por los habitantes de la ciudad con el fin de evitar el colapso. Bajo la lógica de encoger se hace necesario redefinir nuestras infraestructuras en función de un territorio geográfico.

De ese modo entenderemos las redes de infraestructura como el dibujo de la movilidad y como una oportunidad para revitalizar la geografía primigenia del lugar y los pequeños fenómenos de paisaje que todo lugar contiene o puede llegar a contener.

La diversidad es el fundamento del bienestar

El barrio como laboratorio de innovación social, los nuevos escenarios para la macro diversidad, la ciudad como el centro de la innovación ecológica y la geografía como la nueva infraestructura son cuatros exploraciones macro que entendemos necesarias para continuar construyendo una nueva imagen de Medellín. Cuatro exploraciones que presentamos como escenarios posibles del futuro que está por venir.

Estos escenarios en relación progresiva hablan de la génesis de una ciudad diversa, entendida dentro de un marco de relación extendida (ecológica, política, cultura y tecnológica) y potencializada por las proximidades y la densidad, produciendo barrios que serán laboratorios de resocialización post-conflicto, industrias mutantes donde se propicia la macrodiversidad, geografías apropiadas por los habitantes como infraestructuras, hiperdensificación y diversificación programática de los espacios habitacionales.

El proyecto para el 2030 no se construye de la noche a la mañana, sino a través de eventos que articulan su desarrollo. La apuesta para los próximos 20 años es que al incrementar el nivel de desarrollo tecnológico Medellín se perfile como una ciudad con mayor conciencia de lo ecológico, relación más organica con su geografía y con mayor autonomía política y economica.
Cual será la forma de las arquitecturas de la ciudad soñada en el 2030?

De momento trabajamos en ello.

Team: Antonio Yemail, Estación Espacial, Sebastián Contreras, Elizabeth Añaños | Collaborator: Felipe Rodríguez, María Andrea Trujillo, Luis Pimentel | Post date: 19/07/2011 | Views: 4.372