A orillas del rio Uruguay, cercado por un monte de eucaliptus y el puente internacional San Martín, la propuesta para la nueva sede de los laboratorios CARU se posa de forma ligera y discreta, contrastando con las suaves ondulaciones del paisaje. Sin buscar ser invisible, se adapta al entorno y sus colores. Dialoga. Una cubierta plana, una grilla de delgados pilares y cuatros planos reflejantes conforman el edificio. Las fachadas logran mimetizarse con el paisaje. Superficies capaces de mutar según la incidencia de la luz o absorber los colores plomizos de madrugada de neblina.

La propuesta persigue desde un comienzo atender dos cuestiones: crear un espacio de trabajo de alta calidad y cumplir satisfactoriamente con todas las necesidades de funcionamiento del laboratorio.

Saber a donde mirar

El edificio se organiza en base a una relación directa entre el programa y los cuatro elementos que rodean el predio; Río, Bosque, Puente y Ruta. Desde la ruta (única entrada) se accede al hall y área administrativa. Mirando al puente, el sector de recepción de muestras provenientes del río con su espacio semi-cubierto de descarga de material y lavado de equipos. Las restantes fachadas, norte y este, río y bosque, alternan amplios planos vidriados para ofrecer a los usuarios de los laboratorios vista extraordinarias.
Los huecos elijen su tamaño, forma y ubicación en función de las necesidades. Lograr vistas, proteger un espacio o abrirse hacia una explanada para salir al río.

Performance

Una gran cubierta plana de base cuadrada cubre el edificio y “vuela” en todos sus lados generando un espacio flexible, que protege los planos de fachada del asoleamiento y de las lluvias, y al mismo tiempo genera un espacio de transición continuo entre el interior y exterior. Esta galería sirve tanto al funcionamiento de ciertas áreas del laboratorio, como lugar de expansión y recreo de los mismos empleados.

En planta se buscó lograr un edificio compacto y simple, capaz de reducir al máximo las circulaciones internas y las superficies de fachada. El interior vive mirando hacia afuera, al río y al bosque, evitando patios internos que suponen duplicar el área de muros exteriores. Un cuadrado de 50m de lado es ordenado de forma estricta por una grilla ortogonal de 5x5m. En su centro, un núcleo macizo agrupa todos los servicios. El perímetro queda liberado para los espacios de trabajo (oficinas y laboratorios). Flexible.

El interior, lejos de los planos de fachada necesita respirar. Una entrada de aire y luz. Acompañando el eje principal de circulación, la cubierta se perfora linealmente, y el río Uruguay se materializa en el interior del edificio, brindando vida y una atmósfera contemplatoria.

Recursos de diseño ambiental

-Estructura prefabricada y liviana. Montaje rápido y bajo impacto en terreno existente.
-Sistema de ventilación cruzada para permitir el flujo de aire entre fachadas opuestas. Faja horizontal de aberturas proyectantes que van desde los 2.4m hasta los 3.0m.
-Cubierta volada. Protección de asoleamiento directo
-Cubierta de color blanco para reflejar radiación incidente y una gruesa capa de aislante térmico para reducir la transmisión de frío y calor al interior.

Esquema estructural

Se considera un sistema estructural cimentado en una platea de hormigón, donde descarga una grilla de pilares metálicos dispuestos cada 5 metros y arriostrados mediante un sistema de vigas también metálicas que materializan la grilla y cosen el conjunto. Una losa de Steel Deck se apoya sobre esta retícula generando una gran superficie plana de 50 x 50m y resolviendo la cubierta de manera tradicional.
Hacia la fachada Este se genera una diferencia de nivel entre el pavimento interior y el exterior, que se resuelve mediante un muro de contención de aproximadamente 1,0m de altura, materializado mediante bloque de hormigón armado. Las vigas que rematan en las fachadas se proyectan cinco metros hacia el exterior generando un gran alero perimetral, y apoyadas en la última línea de pilares definen la imagen del edificio.

Destacar planos

La imagen del edificio se debe a su contexto. En circunstancias tradicionales, los planos verticales de un volumen se vuelven su imagen y presentación, su fachada. Los espacios residuales y de servicio se vuelcan hacia los planos menos visibles. En un contexto diferente, donde las visuales son infinitas y los puntos de vista atípicos, la lógica con la que se expresa el edificio debe cambiar.

La atención se vuelca hacia el plano XY. La fachada principal se debe a las vistas del observador dejando las fachadas perimetrales al servicio de su programa.