Punto de partida

El terreno donde se ubicará el nuevo Centro de Estudios de Postgrado (CEP) es un espacio artificial, sin trazas, sin referentes. Tenemos la sensación de estar ante un no-lugar. Por eso la primera intención del proyecto radica en la necesidad de generar un lugar.

Generar un lugar

A fin de contextualizar el edificio con el entorno donde se ubica, la propuesta lo primero que hace es generar el soporte físico donde colocar el edificio.

Mediante pequeños movimientos de tierras se modifica la topografía del solar. Es lo mismo que sucede en la zona de lagunas que encontramos al otro lado de la calle. Exagerando el talud longitudinal existente, vaciamos la parte central de la parcela y hacinamos estas tierras en los extremos. Generamos dos pequeños montículos en los extremos este y oeste de la parcela y, al mismo tiempo, un espacio más deprimido en la parte central.

La plaza del CEP

Esta estrategia supone diferentes beneficios y responde a diferentes intenciones del proyecto: La primera es que se genera una plazoleta exterior, en la zona soleada del terreno y alejada de la calle. Un espacio exterior soleado y delimitado por dos taludes que tendrá el nuevo edificio del CEP como telón de fondo. En un campus del espacio exterior es de importancia vital.

No hay planta sótano

Así desaparece la planta sótano. Los laboratorios no están en una planta semienterrada, más oscura y húmeda. Los laboratorios están al mismo nivel con la nueva plazoleta.

Un edificio porche

Una gran cubierta protege aulas y circulaciones. De la sección resulta un edificio porche que posibilita la ventilación cruzada y define espacios de circulación entre el interior y el exterior.

El edificio deja entrar el sol con matices: a través de una celosía, a través de un lucernario, refexat … El nuevo CEP quiere ser hermano de los parrales y los umbráculos. Manchas de sol salpicarán el interior del nuevo CEP.