La trufa, es el fruto de un hongo. Se da a través de un proceso de simbiosis entre el suelo, hongo, árbol y sol. Puede originarse de manera natural o manipulada, microrrizando la raíz. Originaria en suelos calizos, debe presentar un índice muy pequeño de arcillas.

Localizada en un lugar idóneo para su crecimiento, este producto ya era empleado de forma gastronómica siglos A.C. Lo datan jarrones, esculturas y pinturas de aquella época en los que la trufa era representada como un manjar.

Debido a que es un fruto situado bajo tierra para su recolección es necesario el empleo de animales adiestrados. Cada especie de trufa tiene su fecha de recolección. Este periodo es muy breve y siendo un elemento que madura de manera muy rápida se convierte en un producto de temporada. Este problema, de cara a lograr actividad continuada dentro del centro queda solventada, mediante el empleo de dos especies de trufa conocidas como trufa de invierno y trufa de verano.

Inspirándonos en los patios tradicionales de las casas manchagas surge la idea del proyecto. Haciendo uso de estos, el edificio es capaz de adaptarse topográficamente al solar. Dentro de esa volumetría el programa se redistribuye alrededor de estos vacíos. El los cubos podemos distinguir el propio centro de interpretación y el vivero, cambiando este último su materialidad. Una tercera pieza es la que sirve de unión.

Se propone no limitar la actividad sólo al interior del edificio, sino llevarla al exterior. Estas actividades están enfocadas principalmente de manera didáctica y a su vez interactiva desarrollando actividades tales como: recolección de trufas (invierno, verano), plantación de plantones, rutas según las especies plantadas y educación ambiental. Todo ello usando la finca como ejemplo didáctico. Esta tiene vida propia, las personas que trabajan en ella comparten su actividad con todos los visitantes.

En el proyecto se cuida la vegetación existente y, a su vez, se proponen nuevas plantaciones en los campos de cereal. Las especies seleccionadas serían Quercus Ilex (encina), Quercus Faginea (roble) y Colylus Avellana (avellano) con las variedades de trufa escogidas; Tuber Melansporum y Tuber Aestivium. Además de por sus características técnicas, el empleo de estos árboles también es escogido por sus aportes al paisaje y la naturaleza.