Un modelo dinámico de conformación de la vivienda. El espacio que se transforma, la vivienda que crece. ¿Cómo es posible que un edificio, que a priori es una estructura estática y sólida, se convierta en una artefacto versátil y transformable?

Seguimos pensando en una vivienda capaz de adaptarse al ciclo de vida de sus habitantes de forma ligera, reversible y no traumática. Buscamos esta versatilidad en dos escenarios: la flexibilidad momentánea dentro de la vivienda -”antes dormitorio, ahora estudio, mañana ¿quién sabe?”- y su capacidad de crecer y decrecer a lo largo del tiempo -”¿y si tenemos un hijo?”-.

Con este propósito, definimos un mínimo de elementos fijos que delimitan una serie de espacios ambiguos cuyo carácter queda por determinar. Una concatenación de estancias que dan lugar a un tablero neutral donde los límites de la vivienda no están preestablecidos, y sobre el que varias configuraciones son posibles. Para definir estas estancias, otorgamos al usuario una herramienta que pueda manipular: la habitación comodín. Un espacio, que por su posición y por la practicabilidad de sus límites, puede delimitar un espacio, agregarse a otros o simplemente desaparecer.

Pero para que esta capacidad de adaptarse sea verdaderamente posible y reporte espacios de calidad, necesitamos una estrategia global que la sustente. Un edificio de perímetro generoso, que aporte luz y ventilación natural a las posibles distribuciones; un sistema constructivo sencillo, reversible y de gran calidad acústica; una estrategia de accesos múltiples que posibilite los cambios de conformación de viviendas y otros usos susceptibles; y un sistema de instalaciones ordenado y eficiente que dé servicio a estos espacios.

Las instalaciones que ordenan

Racionalización de los recorridos de instalaciones, que estructuran la planta de la vivienda.

Es necesario resolver y acotar aquello más restrictivo en un edificio -las instalaciones- para poder aspirar a una estructura reconfigurable de la vivienda. Así, los canales de instalaciones, concentran los espacios técnicos en franjas que son capaces de servir y organizar la planta del edificio. Se comprende entonces, que el orden riguroso que requieren estos recorridos, adquiere un papel liberador para los demás espacios de la vivienda que resultan despojados de esta carga técnica.

El perímetro interior del edificio, directamente relacionado con las rótulas de accesos y las columnas de instalaciones registrables, concentran las piezas de mayor carga técnica y requerimiento de accesibilidad: los baños. En perpendicular se extienden otras franjas servidoras, donde pueden ubicarse cocinas, aseos y espacios de almacenamiento, a disposición del uso que quiera darse al espacio que delimitan.

Esta racionalización de las instalaciones, posibilita además la centralización y optimización de los sistemas para la producción de energía (placas fotovoltaicas, aerotermia), gestión de aguas y sistemas de renovación de aire.

Lo público y lo colectivo

Una estrategia unitaria de accesos, que vertebra las actividades del edificio.

Ante la dicotomía de encontrarse en el cruce de una calle y un pasaje, regulados por dos normativas y alturas reguladoras dis- tintas, el edificio se comporta de forma unitaria. En el exterior, un perímetro alineado y controlado, busca el rozamiento con la calle y la integración con la arquitectura del Poblenou. Un zócalo que se presta amable al paseante: un escaparate, un banco, una cornisa. En el interior de la manzana, el edificio se retranquea en busca de luz y ventilación, prolongando el jardín hasta el corazón de la parcela, donde se desarrollan las pasarelas exteriores que conectan las viviendas y los espacios comunes.

Proponemos un edificio generoso en sus espacios colectivos y por consiguiente, muy exigente en la calidad y el uso de estos lugares. La orientación y el asoleo, resultan clave para programar esta secuencia colectiva. Es coherente entonces, plantear un único sistema de accesos amable y eficiente que conecte estos lugares y promueva las relaciones internas del edificio. Así, conectados por las pasarelas exteriores, jardín, terraza y azotea, forman parte de la vida diaria de todos los vecinos.

Arquitectura cultivable

La construcción en madera y la estrategia de sostenibilidad global.

Apostamos por la madera como principal material de construcción del edificio por su alta capacidad estructural, su naturaleza sostenible, su aportación al confort ambiental del edificio y por las ventajas de la construcción en seco. Construir en madera permite realizar montajes de forma rápida, ligera, limpia y en ausencia de agua. Con un rápido retorno de la inversión para el promotor, por su corta ejecución en obra.

Se diseña una estructura mixta y eficiente, que combina los muros perimetrales de paneles de madera contralaminada estructural (CLT), pilares interiores y forjados macizos de placas machihembradas laminadas. La tabiquería interior de entramado de madera con aislamiento de virutas, proporciona altas prestaciones acústicas y muy sencilla manipulación para futuros cambios en las distribuciones. Para la protección contra el fuego y mejora de la inercia térmica interior, acabamos los tabiques con yeso laminado y el suelo con pavimento  cerámico. El dimensionamiento de la sección estructural, permite sin embargo disfrutar del acabado natural de este material en los forjados. El acabado de fachada con sistema SATE, es muy económico y de bajo mantenimiento, además de integrarse en la arquitectura del barrio del Poblenou.

Esta solución nos proporciona una envolvente de gran calidad acústica, térmica e higroscópica, que reducirá notablemente los futuros consumos energéticos para el acondicionamiento del edificio, reportando grandes ventajas económicas a sus inquilinos.

La eficiencia energética se trabaja en tres ejes de actuación: la envolvente (reducción de la demanda energética), los equipos (dimensionamiento, viabilidad y centralización eficiente) y la gestión del uso (smart home y control consumos superfluos).

Hogar sano, corpore sano.