La propuesta se desarrolla sobre una premisa principal: Insertar el edificio en el Parque Científico como una pieza más del conjunto. Con ello se pretende responder, no a una cuestión meramente estética, sino una necesidad impuesta por la lógica de la sostenibilidad. Esto es así porque, tratándose del único edificio de uso residencial del Parque, debe ser diseñado en previsión de posibles cambios de uso futuros. Esto exige una estructura flexible, diáfana, reutilizable. Se pretende garantizar la posibilidad de reutilización del edificio en la diversidad de solicitaciones que pueden presentarse a lo largo de su vida útil. Hoy se erige como
residencia, mañana puede reconvertirse en aulario, laboratorios, oficinas, etc. Esta exigencia impone a la propuesta la superposición de dos niveles de desarrollo diferenciados:

En primer lugar, una infraestructura primaria de máxima flexibilidad, capaz de soportar los cambios de uso que puedan sucederse en el futuro, define la estructura portante del edifico y
su piel.

Con este objetivo estratégico se diseña una estructura de gran formato que libere el mayor espacio posible con la mínima ocupación posible. Se propone una estructura de pilares y jácenas de hormigón prefabricado y losas alveolares de gran luz. Este sistema estructural, industrializado y de solvencia contrastada, aporta al edificio una gran flexibilidad a posibles cambios de uso, a la reutilización, y una gran optimización de los tiempos de ejecución en obra.

También permite una modulación adecuada (120/240/360/720) a los usos de aparcamiento y residencial, sin comprometer en absoluto la posibilidad de albergar otros usos en el tiempo.
Con este mismo deseo se apuesta por agotar la máxima altura permitida (19 metros) obteniendo plantas de 438cm de altura libre. Se trata de una altura excepcional para el uso residencial que permitirá una dotación y calidad espacial también excepcional en el desarrollo del alojamiento propuesto. En consecuencia, más que superficie útil (m2), la propuesta aporta METRO cúbico (m3).

Esta estructura primaria, a través de la formación de tres grandes patios en la fachada norte, crea las condiciones para una adecuada ocupación de las plantas facilitando la iluminación, ventilación y mejor orientación del programa funcional. Estos patios aportan a la propuesta virtudes significativas: Permiten que todos los alojamientos disfruten de asoleamiento en algún momento del día evitando la orientación a norte de la fachada posterior, permiten ocupar la planta baja con programa residencial garantizando la privacidad de los residentes y, a su vez, garantizan la permeabilidad visual de la planta baja.

Los cerramientos verticales se proponen en módulos realizados con carpintería de madera de Eucaliptus Globulus certificada FSC, aislamiento térmico y acristalamiento. La envolvente exterior se resuelve con chapa perforada de acero corten de factor de sombra variable en función de la orientación y situación específica.

Seguidamente, una intervención secundaria, adecua el edificio al uso residencial y define la ocupación y organización del espacio interior.

El alojamiento se define sobre un módulo de 240cm de anchura por 720 de largo. Con una superficie de 16’50m2 en planta, utiliza la excepcional altura libre para colocar la cama en altillo y destinar la total superficie al uso diario: estar, estudiar, cocinar, comer, almacenar y asearse.

Se garantiza la privacidad del usuario individual como parámetro de calidad pero, a su vez se busca un espacio que facilite su relación vecinal a través del diseño apropiado de la zona de acceso que matiza con sutileza la relación de la habitación con el corredor.

La habitación se construye a partir del ensamblaje de componentes prefabricados de madera: El aseo, armario-cocina, armario de almacenaje y cama-altillo.
Nuestra ambición es dotar al ocupante de la mayor cantidad de espacio posible. La habitación propone un espacio con carácter, ambientes y calidades diferentes que quien lo habita debe poder apropiarse.

El edificio incorpora diversas estrategias sostenibles con el fin de minimizar la demanda energética. Generar edificios que optimicen el gasto energético proporciona un valor definitivo.
El edificio que se propone ahorra un el 27% del consumo energético a través de procesos de diseño integrado y de la implementación de tecnologías sostenibles. Se calcula de forma estimativa un ahorro económico anual de 49.300€ que, en un período de 10 años representará un retorno del 6,70% del coste total del edificio (PEC).