El ayuntamiento de Roquetas de Mar, Almería (España) sacó a concurso la recuperación del Mercado de abastos, con la intención de formar parte de una serie de intervenciones en la ciudad que transformarán y actualizarán sus infraestructuras y su imagen urbana. Roquetas de Mar es un localidad con gran potencial turístico por su costa y económicamente pujante por ser una localidad epicéntrica de la producción agrícola de los invernaderos de Almería.

El edificio existente del mercado es una edificación con un estructura muy interesante compuesto principalmente de una cubierta de piezas de hormigón pretensado de mediados del siglo XX y herencia de las vanguardias de la modernidad española. Esta estructura  apoya mediante pilares de hormigón armado sobre un podium con un muelle perimetral que requería ser adaptado a las nuevas exigencias de accesibilidad. El programa de necesidades consiste en un sistema de puestos de mercado que permitieran ciertas flexibilidad de composición y adaptables a diferentes usos, así como los espacio técnicos que requieren este tipo de programas, y como objetivo principal, integrar dicho mercado con los usos más contemporáneos de lugar de ocio y tiempo libre mediante un gastrobar que debería ser protagonista del nuevo mercado.

El nuevo mercado se enfrenta al reto de implantarse en la mezcolanza arquitectónica y la baja calidad urbanística del entorno, herencia de la burbuja inmobiliaria. El proyecto se ubica entre la masa urbana y el territorio de los invernaderos de Almería. Por este motivo el proyecto busca ser una conexión entre estos dos paisajes con una estrategia de claridad espacial y proponiendo un nuevo espacio abierto a la ciudad.

El proyecto recupera la estrategia espacial de la arquitectura vernácula local, como lo ha hecho la tradición moderna en esta geografía. Para ello el proyecto propone una caja blanca bajo la cubierta original y sobre un muelle perimetral que solventa los problemas de accesibilidad, acogiendo con claridad todos los usos contemporáneos de un mercado, dando protagonismo al gastrobar que se abre a la ciudad evitando la orientación de los vientos de poniente. De esta manera la imagen de la cubierta se libera y recupera el protagonismo con el que contaba en el proyecto original.