Cuando en el Siglo XIX fueron construidas las estaciones de tren, las ciudades tuvieron un desarrollo inevitable. Las estaciones crearon la Plaza de la Estación, hoteles, restaurantes, comercio, transportes urbanos, etc., etc.

La parte negativa aconteció con el corte del tejido urbano cuando, en algunos casos, se interrumpieron las calles y se tornaron discontinuas. Eso no ocurrió cuando las estaciones eran terminales, sobre todo en las grandes metrópolis, donde fue posible enterrar las vías, no perturbando así la ciudad “en superficie”. No fue lo que sucedió en Ourense, en donde se obedeció a la regla general, quedando la ciudad dividida en dos partes, Norte y Sur, a pesar de la existencia de algunos puentes que circunstancialmente establecen su conexión.

El interés de esta propuesta es exactamente el de querer minimizar la “presencia” de la ciudad fragmentada, siendo el edificio de la nueva estación y sus programas complementarios un factor de conexión y de cohesión entre las dos partes de la ciudad, sin provocar cualquier efecto de corte o interrupción como aconteció anteriormente.

Partiendo de la idea del programa de concurso en donde se refiere la necesidad de una conexión entre la Av. de Marín, con una rotonda alargada, y la calle Río Arnoia, al norte, con una plaza de diseño cuadrangular, la propuesta, además de este nuevo puente que sirve al tráfico automovilístico, incluye una alameda ajardinada con 28,00m de anchura. La plataforma resultante de la asociación de estos dos elementos tiene cerca de 54,00m de ancho.

Desplazando la estación hacia el oeste del lugar que el programa de concurso establece, las dos infraestructuras urbanas paralelas forman en conjunto un eslabón de conexión sólido, una especie de “grapa” robusta entre las dos partes fragmentadas de la ciudad. Un “LINK” que sirve para conectar aquello que antes estaba separado.

Esta aproximación, entre la estación y el puente/alameda ajardinada, dará más consistencia a la imagen urbana al tiempo que en el interior el disfrute de los pasajeros en la zona de espera con vistas hacia el jardín hará que su estancia sea más agradable.

La decisión de establecer dos entradas para la estación, una al Norte y otra al Sur, así como su imagen de edificio integralmente de hormigón armado blanco, no son casuales en la estrategia urbana que fundamenta la propuesta.

Colocar la estación perpendicularmente a las líneas ferroviarias, apoyada sobre pilares, podría conducir a la imagen de un puente, con una elegante estructura de hierro y cristal.

Pero esta primera idea de puente (que es más un objeto de diseño) fue substituida a medida que íbamos entendiendo más la ciudad, optando por un edificio macizo en su expresión, de hormigón armado, dotado de una fuerte imagen urbana, con dos “pies” apoyados en los dos lados de la ciudad.

Se pretende “construir” ciudad en continuidad con la existente, diseñando plazas, jardines, rotondas, con otros edificios adyacentes, y sobre todo crear una nueva centralidad, marcada en el territorio con un edificio en altura. ¿Por qué no un hotel, con un pequeño centro de congresos?

La cubierta de las líneas al este de la estación, de modo a crear una “plaza” longitudinal, tal como el programa de concurso propone, podrá ser realizada en una 2ª fase. Es por esa razón por lo que sólo está indicado esquemáticamente en el proyecto presentado, pues no es prioritaria en esta fase para la solución propuesta.

El tema fundamental del proyecto es, como ya fue referido, construir un fragmento de ciudad sólido, con espesor, de modo a que no existan titubeos en la lectura de este nuevo episodio urbano… ¡que Ourense quiere y necesita ya!