El estado actual de la plaza del Sol es un espacio no pacificado dentro de la trama urbana de la población. El uso ocasional del espacio público como aparcamiento, impide su uso como sitio de recreo o reunión. De la misma manera, la falta de espacios de sombra a partir de vegetación o elementos arquitectónicos aún lo hace más complicado para su uso de recreo.

El proyecto propone un espacio de estar que pacifique el ámbito, habilitándolo como espacio público verdadero, todo ello con mínimos ambientales que confieran un confort climático al usuario, a través de ámbitos permeables, pavimentados, así como una iluminación adecuada. La reforma de la plaza permite la circulación de vehículos de manera pacífica siguiendo el trazado original de la calle, manteniendo y dignificando el acceso a vecinos y comercios. Se reubica y compacta la zona de aparcamientos controlando su espacio en una única franja longitudinal.

La propuesta parte de una pavimentación a nivel en todo el ámbito de la Plaza del Sol permitiendo democratizar el espacio público, dando así al usuario de la plaza la prioridad frente al tráfico rodado. Se combina una pavimentación continua de hormigón desactivado con una pavimentación de pieza de adoquín de piedra local, el calatorao. Esta estrategia permite responder a los distintos momentos y ámbitos que hay en la plaza. Las piezas de adoquin se colocan encintando el perímetro de la plaza y ennobleciendo los accesos a las viviendas, reconociendo sus aberturas y con un grano más de detalle. Las juntas serán abiertas marcando ritmo en perspectiva y desdibujando el trazado de vehículos. A la vez, en el centro, en la zona permeable, se proponen unas “alfombras” de pavimento de pieza ubicadas en relación con las viviendas Serán unos espacios de estar donde los propios habitantes lo podrán usar con flexibilidad durante todo el día, recuperando la tradición de convivencia vecinal en la calle. En el espacio central, y acogiendo estas alfombras de pavimento se ubica la zona drenante. Esta superficie es de grava triturada altamente permeable, hecho que permitirá una mejora climática al proporcional una superficie porosa.

Unos grandes encintados de acero galvanizado contienen la vegetación en dos estratos, el arbóreo y el arbustivo-tapizante. La vegetación seleccionada es adecuada a las condiciones climatológicas y de contrastado funcionamiento en espacios públicos de la zona. Así mismo, se proponen especies de bajo mantenimiento y requerimientos teniendo en cuenta la resistencia a frio y calor típicas de clima de interior.

En primer lugar, el estrato arbóreo está compuesto por tres especies, Gleditsia triacanthos, Pirus callerýana chanticleer, Malus hupehensis “cardinal”, distribuidas de tal mantera que garantizan el máximo de sombra posible. Éstas, combinadas estratégicamente responden a diferentes escalas de percepción de la plaza, desde su visión en escorzo desde la calle hasta la atmósfera en los bancos y zonas de estar. Así mismo, los portes de los árboles son contrastados, utilizando un árbol de tamaño grande y porte arquitectónico, una especie de tamaño mediano y porte piramidal y otra especie de tamaño pequeño y porte semi-arbustivo o basal. Son de hoja caduca, y dicha combinación busca garantizar una sombra compacta en verano y el asoleo en invierno. Así mismo en otoño y primavera encontraremos floración y cambio de color.

Respecto las especies arbustivas, se garantiza el confort y la mayor protección visual respecto a la circulación de coches así como crear una atmósfera vegetal de calidad en las primeras etapas donde los arboles aún son jóvenes. Se incluyen diversas alturas de arbustivas y tipologías de hojas obteniendo un cromatismo variado y en consonancia con el arbolado, tales como Cerastium tomentosum, Rosmarinus officinalis postratus y Perovskia atriplicifolia.

Finalmente, existe el nuevo alumbrado de carácter sobrio, una fuente para el verano y diversos bancos, de diseño neutral y simple que le permite diluirse tanto en el entorno urbano de la plaza y bajo la sombra de la vegetación.