El programa propuesto para este polígono de tiro va encaminado a conseguir unas instalaciones que den una máxima calidad de servicio y de posibilidades al usuario tanto en las actividades que se ofrecerán como en la calidad arquitectónica y espacial de la que hará gala el presente edificio con la intención de que se convierta en referencia internacional.

Este tipo de programa arquitectónico consume mucho suelo debido a las grandes dimensiones de las salas que alberga y desde un principio se corría el riesgo de crear un edificio poco integrado en el entorno por lo masivo de su configuración. Este es el principal motivo de que los esfuerzos a la hora de proyectar el edificio se hayan encaminado a su correcta integración en el entorno.

Esto se intenta conseguir mediante tres importantes decisiones encaminadas a facilitar la integración del edificio en la zona de campos de cultivo y monte bajo en la que se instalará.

La primera de ellas es el esponjamiento del edificio. De esta manera permitimos que el bosque existente y los nuevos árboles a plantar aparezcan en los espacios e intersticios que se crean entre los diferentes volúmenes del edificio como resultado de hacer el edificio lo menos denso posible. Los árboles que aparecerán entre los diferentes volúmenes que conformarán el edificio contribuirán a la integración de este en el paisaje al funcionar como elementos que desdibujen su rotunda imagen.

También se toma la decisión de rehundir el edificio en el terreno de forma que se reduzca su altura total y se cree la sensación de construcción anclada al suelo formando parte de él. De este modo también se reduce el impacto visual que el edificio tendrá en el entorno.

Por último se hace una particular y esmerada elección de los materiales a utilizar tanto en el exterior del edificio como en el interior. Con la elección de los materiales se pretende un triple objetivo:

Por un lado seguir contribuyendo a la integración y reducción del impacto visual del edificio. Por otro lado se pretende que los materiales sean de bajo costo y mantenimiento.

Y por último que presenten un equilibrio ecológico entre gasto energético para su fabricación, mantenimiento y durabilidad lo más adecuado posible.