El pequeño pueblo noruego de Våler perdió por un incendio en 2009 su iglesia de madera datada en 1805. Se decidió hacer un concurso internacional de diseño para el nuevo edificio de la iglesia, ya que podría suponer un nuevo impulso para la comunidad.

La propuesta requería un edificio bajo y abierto, que también sirva como punto de referencia para la población. Este proyecto combina una forma baja con un interior monumental. Este edificio circular dispone acceso desde varios lados, unos de ellos donde se situaba la entrada original. En el centro el coro, con un lucernario que permita el acceso directo de iluminación natural. A su alrededor balcones que, cuando fuera necesario, se podría aumentar la sala de oración.