El punto de partida es un urbanismo de bloque abierto con edificaciones según un eje aproximadamente norte-sur que da como resultado que la mayor superficie de fachada se oriente a este y oeste.

Partiendo del volumen de planeamiento se realizan una serie de ajustes que tienen en cuenta las condiciones concretas de la parcela y de la edificación (PB + VI). Primero se distingue formalmente el tratamiento de la planta baja y las plantas superiores. Se percibe de este modo un edificio de una planta, que se diseña con el objeto de ser amable al peatón, sobre el que se posa otro de de seis.

Sobre este cuerpo superior se realizan otras dos operaciones encaminadas a que parezca un edificio de menor tamaño: uno, se agrupan los huecos y espacios exteriores en un solo elemento de fachada y se contrapean (imitando una celosía de ladrillo), y dos, se reduce gradualmente la altura en la fachada sur, que se vuelca a la plaza prevista en planeamiento, mediante el retranqueo escalonado de las dos últimas plantas.

Las viviendas orientadas a sur se distribuyen de manera que saquen el mayor partido de esta orientación. La edificación responde con el ajuste de escala al uso peatonal de la plaza. En la planta baja el proyecto busca el equilibrio entre el respeto a la trama urbana y el ajuste de ésta a la escala del peatón.

Programa inmobiliario

De peus a terra agota la edificabilidad de la parcela y el número de plantas permitido, proponiendo 50 viviendas de alta calidad espacial y energética. Cinco viviendas en planta baja, ocho por planta tipo y siete y seis respectivamente en las dos últimas. El cuerpo compacto de la edificación ocupa 11,30m de los 15 de fondo permitidos que permiten la aparición de grandes vuelos de 1,85 m en ambas orientaciones principales.

En planta baja se propone recuperar la sociabilidad que se daba antes entre vecinos a pie de calle mediante su tratamiento y apertura. Se reservan espacios comunitarios abiertos y cerrados donde estar a la fresca en verano y protegidos del viento en invierno, los portales se hacen pasantes de manera que la planta baja no interrumpa visualmente la comunicación entre las calles, se “regala” a la ciudad un banco corrido y un pequeño espacio ajardinado que pueden utilizar los vecinos de otras promociones vecinas.

Los espacios comunes del edificio se han trabajado de forma que sean eficientes en superficies a la vez que permitan cierta indivilualización de los rellanos. Un espacio comodín, situado en la crujía este, a veces se incorpora a la vivienda como cuarto dormitorio y en otras ocasiones se transforma en un vacío a doble altura iluminado a través de la celosía de fachada el núcleo.

La distribución de las viviendas se realiza para maximizar la ventilación e iluminación exterior de todas las estancias y la ventilación directa de las cocina. Los baños se sitúan a media crujía en la zona oscura de la vivienda. La doble circulación a través de los espacios dota de flexibilidad y amplitud al esquema de vivienda. Los anchos de las habitaciones aseguran su versatilidad y su capacidad de adaptarse a las necesidades cambiantes de los vecinos.

Todas las viviendas del proyecto son adaptables si así se desea, ya que el baño se ha dimensionado de forma que permita la inclusión de un círculo de 1,50m si no se instala el bidé.

Todas las viviendas se abren a dos fachadas opuestas. Las orientaciones principales, este hacía una plaza y oeste a un espacio interbloque son similares y caracterizadas por una inclinación solar horizontal. Esto sirve de punto de partida para proponer una solución de fachadas indiferenciadas basadas en una vivienda reversible. De este modo, las estancias vivideras, estar y cocina, que son en las que se produce más interacción con la calle, se vuelcan alternativamente a este y oeste en todo el perímetro de edificación.

Los espacios de estar-cocina se prolongan en un espacio adosado al exterior, un patio, que intenta trasladar las condiciones de la vivienda en planta baja a la vivienda en altura. Este espacio es una habitación exterior, una terraza descubierta que dialoga con el interior de la vivienda y con la ciudad sirviendo de colchón y desdibujando los límites entre ambas; creando cierta ambigüedad entre qué es interior y qué exterior.

Planteamiento medioambiental

El edificio se proyecta como un edificio de muy bajo consumo de energía que se anticipa a los requisitos europeos de la Directiva 2010/31/UE en materia de eficiencia energética a cumplir en 2020.

Se reduce drásticamente la demanda y por tanto la carga de calefacción y refrigeración, de manera que el aporte necesario de los sistemas, para calefactar y refrigerar, sea el mínimo posible y se suministre a través del aire de ventilación higiénica.

Las medidas de reducción de demanda se basan en estrategias bioclimáticas pasivas y una envolvente térmica de altas prestaciones (aislamiento, construcción libre de puentes térmicos y elevada hermeticidad al paso del aire) que optimizan la gestión de pérdidas y ganancias.

Las medidas de reducción de consumo de energía primaria se basan en un sistema de ventilación mecánica de doble flujo con recuperación de calor de alta eficiencia que, además de garantizar la calidad del aire interior en todo momento, se encarga de la climatización de las viviendas. Los mínimos aportes de calor necesarios al aire de ventilación-climatización, se realizan, mediante baterías hidráulicas, por las calderas de gas de alta eficiencia que cubren la demanda de ACS (mayor que la de calefacción).

Por último, como aporte de fuentes renovables, se cuenta con colectores solares térmicos en cubierta, dimensionados para cubrir parcialmente la demanda de ACS así como para evitar excedentes de calor en los meses de más radiación.