Se propone implantar el edificio en el lugar donde la península de Zorrozaurre establece su diálogo con la ría. Todo el camping se trata como un “limite construido” que genera un “alzado urbano” y crea una imagen característica a añadir al patrimonio visual de la ría de Bilbao.

Se trata de una estructura lineal, a modo de dique, en la que se insertan las piezas programáticas concatenadas mediante un paseo argumental que nos permite disfrutar del paisaje de la ría.

El edificio presenta una geometría sólida y potente, a la vez que silenciosa, como contrapunto la variedad de formas que presenta el plan de Zaha Hadid. La situación del edificio no se entiende sin el contexto urbano, tejiéndose íntimamente con él. El edificio es permeable a los trazados urbanos propuestos en el nuevo planteamiento, estableciendo los accesos allá donde el trazado urbano lo permite.

Formalmente se construye un dique mediante un cuerpo de hormigón armado que soporta usos administrativos, espacios de oficinas, instalaciones y generación de energía de origen mareomotriz, en paralelo se propone un segundo volumen vidriado y volado sobre el agua donde se desarrolla el espacio de acampada. Entre ambos cuerpos discurren las piscinas sobre las que los puentes de unión de dichos cuerpos se utilizan para la ubicación de los servicios comunes del camping.

La imagen del camping como límite urbano genera un alzado de ciudad característico, policromo y mutable. Los dos cuerpos que conforman el proyecto, se inician en una torre vidriada, situada junto a uno de los puntos de conexión con la ciudad, que alberga el control de tráfico naval y de los elementos náuticos que ofrece el propio camping. Esta torre a modo de faro pretende mantener en la noche el carácter especial del lugar en el que se enclava el edificio. La intervención se desarrolla longitudinalmente, permitiendo las visiones cruzadas en puntos estratégicos de un lado a otro del Canal de Deusto.

Desde su inicio, ambos cuerpos materializados por un dique de hormigón y un espacio de acampada en vidrio discurren paralelos conformando más allá del programa el paseo de la ría, las dársenas de los piragüistas, los pantalanes, las piscinas y los miradores asumiendo los puentes de conexión con la ciudad y el auditorio exterior, dialogando con el espacio de parque planteado por Zaha Hadid en el nuevo plan para la península de Zorrozaurre.

El espacio de piscinas se genera mediante la talla y el rebaje de los cuerpos longitudinales, donde se recrean los accesos a la ría, zonas de playas, vestuarios, taquillas públicas, etc. Es en el agua de la ría donde, tras un tratamiento de filtrado por hidrólisis, los bilbaínos puedes disfrutar de los baños en Zorrozaurre.

El dique se prolonga adentrándose en la ría, más allá del límite de la península para la configuración de una proa de la ciudad y conseguir un mejor aprovechamiento de la energía mareomotriz dinámica allí donde las corrientes son más fuertes permitiendo al paseante disfrutar de un mirador exclusivo.