Galicia tiene una particularidad geográfica única en el mundo, las rías. Aquí se encuentra uno de los mayores patrimonios industriales pesqueros. Los espacios dónde se desarrolló nuestro pasado industrial más próximo, como parte de nuestra memoria histórica, como edificios singulares que explican un espacio social, económico y cultural, aquel de los marineros y habitantes de las rías gallegas, sobreviven en el paisaje sin que exista una voluntad de trato como bien patrimoniable, valorizable.

Debido a la falta de comunicaciones por tierra, desde el norte hasta el sur de Galicia, alrededor de la actividad pesquera se producía una cadena productiva que empezaba río arriba hasta su desembocadura y terminaba en algún puerto importante de la ría. Son las Salgadeiras, situadas al borde del mar, cuya técnica de conservación se remonta a la época romana, el espacio germen de la industrialización y en torno a las cuales creció el resto de industria existente.

De salgadeiras pasaron a conserveras y, más tarde, con la crisis de la sardina de 1950, se produjo un abandono progresivo hasta hoy día. Huellas en el paisaje convertidas en arqueologías, una historia que es preciso redescubrir.

Complejo de “ O Salgueirón “. Parque Patrimonial en Cangas do Morrazo

El proyecto se sitúa en una de estas rías, en la ría de Vigo, dónde más de cien fábricas inventariadas están abandonadas. El complejo industrial de la familia Massó ( “ los fomentadores catalanes” ), área clave en la identidad y desarrollo urbano y socioeconómico de Cangas, cuenta con más de 200.000 m2. La idea es crear un parque patrimonial declarando todo el área BIC, rehabilitando las fábricas, recuperando recorridos y articulando una estrategia urbana y metropolitana a largo plazo.

Reordenación del espacio natural de Punta Balea. Centro de Talasoterapia y piscinas de mareas

En el extremo sur del conjunto, en Punta Balea (enclave natural protegido) se encuentra una antigua salgadeira que data de 1860. Una construcción tradicional formada por varias naves de cantería de granito y cerchas de madera con cubiertas a dos aguas. El programa de rehabilitación responde a la voluntad de respetar la memoria del lugar, de ligar su uso al mar.

Surge así la idea de crear un centro de talasoterapia y unas piscinas de mareas. Era primordial ordenar el espacio, así los recorridos son una lectura directa de las cotas del terreno : La entrada principal al conjunto se realiza por una rampa en la cota +11m., unas escalinatas como espacio público conectado a las piscinas de mar públicas en la cota +8m. y un paseo al borde del mar que une el solarium exterior con las plataformas inundables de mareas en la cota +5m.

Se han seguido los siguientes criterios de rehabilitación : Se ha mantenido todo el perímetro de muros de fachada, respetando las aberturas originales como norma general y se han reubicado en algunos casos pilares de granito originales. Se han vaciado dos naves, creando patios exteriores para las piscinas de mar y se han recuperado las estructuras de cerchas de madera originales. En la nave del bar-restaurante, se ha cambiado la estructura original por una estructura mixta de madera y hormigón, también empleada para conectar los dos conjuntos de naves originales: un nuevo volumen en “ L”, que las une en la cota +11m., permitiendo el paso por debajo en el exterior.

Para la creación de las piscinas subterráneas de mareas se ha excavado el terreno, dejando una pared rocosa de límite y unos muros de contención de hormigón armado que soportan los originales de granito.