El concurso nace como un llamado de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile, ubicada en la ciudad fluvial de Valdivia, uno de los enclaves universitarios más importantes del país.

El proyecto propuesto se inserta en el Campus de la Isla Teja como parte de un conjunto mayor, respetando la granulometría y la escala existentes, participando de la configuración de la red de recorridos internos de la universidad y, por sobretodo, reconociendo las vistas hacia el río Calle-Calle, las orientaciones y el entorno edificado.

El edificio consta de dos cuerpos (uno de seis pisos y otro de siete) que se articulan entre sí por una placa de un piso que contiene los programas más públicos como el auditorio, el cine y la cafetería. Sobre su cubierta se propone un mirador enmarcado por los edificios que se abren a la ciudad y al río. La distribución del programa de los cuerpos verticales concentra los espacios de carácter más público en los niveles inferiores y va transitando hacia una mayor privacidad en la medida que se asciende. Las oficinas se ubican de manera privilegiada hacia las mejores orientaciones y vistas, en tanto el programa de uso menos intensivo se ubica al lado opuesto.

Cada uno de los dos cuerpos mayores se estructura en torno a un vacío central que contiene las circulaciones verticales abiertas con amplios descansos, de modo tal que propicie el encuentro casual de los investigadores de los distintos departamentos, favoreciendo el intercambio informal de ideas. Este vacío, además, acumula temperatura durante los meses fríos y actúa como núcleo de ventilación vertical durante los cortos meses de calor estival.

Las fachadas presentan un 40 por ciento de opacidad para controlar la radiación directa del sol, proporción recomendada para estas latitudes. Las fachadas orientadas al poniente retraen el plomo del vidrio generando una zona intermedia de sombra, en tanto aquellas que gozan de la luz oriente llevan el plomo de los cristales hacia el borde externo.