Este proyecto busca reaprovechar y fortalecer el potencial del río que dio la vida la ciudad de París.

El Sena vivió una intensa actividad económica y festiva hasta que fue ocupado por el automóvil, causando la pérdida total del vínculo que éste tenía con la ciudad. Después de haber estado declarado Patrimonio de la Humanidad, ha sido objeto de varios proyectos para retomar su relación con la ciudad, dando prioridad al peatón. Pero estas intervenciones se han concentrado mayoritariamente en los puntos de interés turístico y cultural, dejando de lado los muelles más alejados del centro.

Al sur oeste de París, existen diferentes límites que fracturan la relación que podría tener el barrio de Bercy con el río.

El principal responsable de esta desvinculación es el planeamiento del Parque de Bercy, proyectado como un nuevo gran pulmón para la ciudad. La existencia de una carretera que recorre el trazado del Sena obliga al parque a aislarse de ella mediante la construcción de un volumen alargado de ocho metros de altura, provocando indirectamente que el barrio dé la espalda al río.

A nivel urbanístico, el proyecto plantea trabajar el Sena como un conjunto, para crear un espacio fluvial continuo. Se propone enlazar todos los muelles para descentralizar las actividades y eventos que se llevan a cabo y, al mismo tiempo, extender toda la red de parques y jardines hacia él, para promover la gran biodiversidad que ofrece.

Focalizando finalmente en el barrio de Bercy, se propone generar una conexión directa entre el parque y el río mediante la rehabilitación de la estación de autobuses Bercy-Seine y de la construcción de una pasarela verde, siendo el nexo entre los dos espacios, convirtiendo el Puerto de Bercy en un gran espacio verde. También se construirá un nuevo edificio adyacente a la estación que trata de ofrecer una cara más amable al parque y a su vez, potenciar el intercambio cultural que se produce debido al tránsito diario de pasajeros de toda Europa.