El proyecto comienza con un estudio exhaustivo de la historia del lugar en el que se encuentra. La plaza de Isabel II ha sido y sigue siendo un lugar importante en la ciudad de Madrid. Estudiando la historia de este espacio se descubre que se trata de un escenario diferente. Esta plaza, siempre ha sido un espacio público, pero no siempre se ha entendido como una plaza. Con el paso de los siglos ha ido teniendo un carácter cambiante y no definido. El éxito de este espacio ha sido marcado por los elementos que contiene: ya sea la puerta de Valnadú, el arroyo del Arenal, la fuente y lavadero o el Teatro de los Caños del Peral. Es decir, no se entiende tanto como una plaza al uso, sino como ese vacío alrededor de uno o varios elementos de cierta importancia y que generaban vida a su alrededor. Sin embargo, con la construcción del Teatro Real y posterior relleno de la Plazuela se obligó a este espacio a comportarse como una plaza convencional, perdiendo ese carácter diferente que tenía hasta el momento.

La propuesta nace de la reflexión acerca de la historia y la situación del lugar. Se propone esculpir la corteza de la plaza generando un vaciado que recupera la geometría y el carácter de la Plazuela de los Caños del Peral; nombre que tenía este espacio en los Siglos XV-XIX cuando se trataba realmente de un lugar de encuentro y descanso agradable. La geometría, marcando la diagonal del arroyo que siempre ha dominado la plaza, arrollo del Arenal; que en el Siglo XIX quedó enterrado, junto con los elementos que conformaban el espacio, debido al relleno que se hizo del lugar. Observamos cómo, debido a que este espacio no ha tenido nunca una geometría cuadrada, gran parte de las calles que desembocan en la plaza no lo hacen de forma perpendicular. Es por eso que la geometría de la grieta se apoya, tensa y dibuja siguiendo estas trazas, ya que se entienden como los ejes propios del lugar.

El carácter, entendiendo el lugar como un espacio público que funciona alrededor de un elemento: la hendidura. Elemento de activación del espacio que ha ido cambiando a lo largo de la historia: En sus orígenes el espacio lo han activado diferentes elementos: Arroyo del Arenal, Puerta de Valnadú, fuente y lavadero de los Caños del Peral, Teatro de los Caños del Peral, Coliseo del Bayle de Máscara… Sin embargo, hoy en día no existe ningún elemento que active y dote de vida a la plaza. Por otro lado, el museo de los Viajes del Agua queda albergado en el interior de la grieta, bajo la plaza, liberando así el espacio en superficie. La estación de metro también se reubica en el otro margen de la grieta, que trabaja como una charnela o bisagra donde convergen ambas dotaciones.