El proyecto para la ampliación del Centro Asociado de la UNED Alzira-Valencia “Francisco Tomás y Valiente” es una oportunidad completar el conjunto edificado. Ubicado en el lateral sur, el edificio se convierte en la charnela que conecta los jardines con los espacios deportivos. Se propone un edificio compacto que busca de manera intencionada reducir su huella en el terreno. Como pieza de remate del Campus, la arquitectura propuesta parte de lo existente para construir un edificio contemporáneo que dialoga con la arquitectura circundante. La propuesta se materializa en un único volumen de ladrillo situado en el centro de la parcela para liberar el espacio suficiente al norte con la edificación existente y al sur retirado de la calle Tres Forques.

Entorno a este volumen se construye un pórtico de esbeltos pilares de hormigón blanco que encuentran sus resonancias en las pilastras del edificio histórico de la Casa de la Misericordia. De este modo, se busca una arquitectura atemporal que no genere estridencias y que permita establecer un diálogo entre las diferentes construcciones.

Con una presencia marcada, el pórtico que rodea el volumen de ladrillo, es el único elemento estructural visible que recorre el edificio. En unas ocasiones se adosa a la edificación mientras que en otras se despega de esta para generar espacios de transición que permitan el disfrute al exterior con la protección necesaria. En el lado este, un porche generoso señala los accesos al edificio y al mismo tiempo se convierte en un gran vestíbulo cubierto que sirve de prolongación del vestíbulo interior. Al norte sin embargo, la estructura porticada se vacía y se reduce a su mínima expresión generando una agradable pérgola que cubre y procura sombra a la terraza situada en el primer nivel.

La fachada construída en ladrillo visto se trata en continuidad con las proporciones de los huecos verticales que constituyen la mayor parte de los edificios anexos. Estas aperturas se enmarcan con piezas de hormigón prefabricado que procuran un mayor espesor y reducen la radiación solar directa sobre el vidrio. En el lado norte se propone un gran ventanal que baña de luz reflejada, la mejor para la lectura, los espacios principales de los niveles superiores. Sobre el volumen de ladrillo principal se apoya un bloque blanco que remata el edificio.

Discretamente retranqueado y apenas perforado, representa una sorpresa espacial que se descubre al recorrer la arquitectura. Con una doble función: por un lado, procura una generosa espacialidad a la biblioteca que resuelve y conecta visual y espacialmente los distintos espacios de la misma. Por otro, su cubierta se pliega para buscar la luz del norte que inunda toda la sala a través de un espacio en doble altura.