La propuesta, para un concurso, plantea un volumen único en la misma posición que un edificio existente de vestuarios en malas condiciones que debe demolerse pero mantiene íntegramente su sótano, que aloja las máquinas depuradoras de la piscina del complejo deportivo de Arróniz.

El edificio se apoya contra un frontón existente y resuelve la conexión entre los dos niveles del solar: el inferior de salida a las piscinas y el superior de acceso al frontón. En la planta inferior, a nivel de piscinas, se ejecutan los vestuarios de grupos y un nuevo acceso principal, a la vez que se consigue un gran espacio cubierto de posible ampliación y de merendero cubierto.

En la planta superior, a nivel del frontón, se resuelve un nuevo bar, una sala de musculación, vestuarios y almacén, además de una terraza solarium con vistas hacia la piscina y conectada con ésta. En la terraza se sitúa además una pista de Pádel.

Se construye con un alto grado de prefabricación, con estructura de pilares de madera laminada y forjados prefabricados, lo que permite optimizar costes y disminuir plazos de ejecución. La madera laminada, además de necesitar poco mantenimiento, actúa como celosía protegiendo del sol directo del sur y dotando al complejo deportivo de un nuevo fondo construido, sencillo y de escala adecuada. Tratándose además de un complejo de iniciativa pública, se considera esencial seguir criterios ejemplificadores de integración en el entorno, medioambientales, de ahorro energético, de construcción sostenible y de buen uso del dinero público.