Frente a la dimensión de las edificaciones que definen el barrio de la Marina del Port, se pretende recuperar la escala del usuario, entendiendo el Centro de Atención Integral del Barrio de SantsMontjuïc como un pabellón integrado en el parque.

Se organiza la distribución a partir de una retícula de 1,25 x 1,25m (1,50m en los extremos) que permite establecer unidades básicas de puerta, corredor y ventana, así como facilita el uso de elementos estandarizados para la construcción.

La envolvente del edificio empieza con los árboles preexistentes, de hoja caducifolia, que funcionan como protección solar en verano y permiten la radiación en invierno. Es uso de cada planta determina la configuración final de su perímetro, funcionando como porche en la planta baja, como corredor en la planta primera y como doble cámara de aire en la segunda planta.

El porche permite evitar la radiación directa en determinadas ocasiones del año, a la vez que conecta el edificio con el espacio público circundante.

El corredor de la primera planta responde a la necesidad del programa de disponer de un sistema de doble circulación, separando los recorridos de los trabajadores del centro (que se moverían en corredores interiores) del de los usuarios, los vecinos, que recorrerían este espacio conectado con el parque. Se entiende el corredor como un cojín térmico que garantiza el confort de las salas de reunión y permite reflejar en la fachada el comportamiento dinámico del edificio.

La segunda planta, destinada a oficinas abiertas, trabaja con un sistema de doble cámara de policarbonato que permite controlar la temperatura interior, a la vez que dar privacidad a los trabajadores del centro.

La cubierta, situada por encima de las copas de los árboles, se habilita como espacio polivalente adicional exterior vinculada con el barrio, con vistas a la montaña de Montjuïc, anticipando futuras demandas de nuevos espacios.

Se propone, en definitiva, un edificio realizado a partir de elementos industrializados que mediante sistemas pasivos de control climático permita la integración de un programa muy específico en los Jardines de Can Ferrero, un espacio verde que conserva la memoria del pasado del barrio, vinculado al Canal de la Infanta y al posterior crecimiento industrial de Sants– Montjuïc.