El teular siempre ha sido un punto de referencia dentro del paisaje de Castalla, alejándose de la ya conocida vista del castillo para girar la mirada hacia el valle que se completa con las poblaciones de Ibi y Onil. El proyecto trata más de interpretar que de reconstruir, intentando mantener parte de la esencia de la antigua fábrica, con algunos elementos diferenciados de los demás debido al paso del tiempo, que ha dejado una pátina en el material. Por tanto, se trabaja mediante el concepto del Collage, creando diferentes volúmenes con una clara referencia a la cerámica. Cada uno de estos pequeños edificios tiene un uso diverso, aunque solo pueden ser entendidos como un conjunto, ya que la relación entre ellos, tanto espacial como conceptual, es vital para comprender el proyecto.