Construir sobre una edificación compacta, como el depósito de autobuses, donde la circulación de los autobuses genera una planta extremadamente rígida, conduce a una primera decisión: hacer un edificio bajo y extenso, que reparta sus cargas sobre la estructura inferior de forma homogénea. Un edificio bajo es una buena solución para un uso escolar, dos plantas sobre rasante coinciden con la doble altura exigible en la palestra.

Todo esto ha generado un edificio muy eficiente, un proyecto que se pretende realista y exacto. A la obligada homogeneidad estructural, se suma que el programa era muy dual: el doble Sporthalle y una doble escuela han generado un edificio simétrico según su eje Norte Sur.

En consecuencia, el proyecto se desarrolla en dos plantas extensas que resuelven la excesiva dimensión en anchura con la aparición de un eje central de patios y lucernarios. Así, se proporciona luz cenital a la palestra, se comunican ambas plantas entre sí y se ilumina la zona central del edificio. En sentido este-oeste se abre un amplio porche donde se concentran los accesos independientes a los Sporthallen y a las escuelas. El personal de VZO accederá por el extremo sur del edificio y desde allí descenderá al depósito de autobuses.